¿Y el suyo –el apellido digo– no será Blanco? Lo digo por el ‘conceto’ tan arbitrario que tiene de utilizar el término democracia.
¿Estar de acuerdo en cosas? Por supuesto. Podemos empezar por las ‘X’ de la declaración de la renta, y después por los ‘hunos’ y por los ‘otros’, bárbaros todos de la subvención. Dicho lo cual, que coloquen equis por toda la declaración, y así quien quiera dárselo a cualquier organización, que se especifique. Así veremos quien recibe más dinero si los titiriteros permanentemente subvencionados del cine español, o los curillas. ¿No le parece justa la medida? Porque, claro, eso de que se tenga que especificar que mi dinero quiero enviárselo a la Iglesia, y sin embargo nadie me pida opinión para dárselo a esos ‘pobres menesterosos’ que resultan ser los colectivos de actores varios, pues como que huele a cuerno quemado. ¿No le parece?
Queda, pues, institucionalizada una medida de consenso: quien quiera limosna que la solicite mediante la correspondiente equis en la correspondiente declaración de hacienda de cada correspondiente ciudadano. Y así todos estaremos muchísimo más contentos de sabe en qué narices se invierte nuestro dinero. El mío, lo digo ya de antemano, si pudiera sería destinado antes que nada a comprar perturbadores y pagar buenos sueldos a nuestros soldados que se juegan –y pierden– su vida por nosotros.
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