A mi me parece fallida de cabo a rabo. Y tiene trampa, como deja entrever el amigo Mpsds.
Yo no pienso entrar al debate, a no ser que el Sr. Rico, en ejercicio facultativo del poder que en calidad de garante le fue otorgado sobre los dominios de la letra p, haga, digo, una profunda reestructuración y limpieza de las numerosas acepciones que el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua vuelca por sobre la palabra político, ca. Que trabaje un poco, osea.
Para que ello no le supusiera gran esfuerzo y pérdida de tiempo, mi consejo es que lo dejara en una sola acepción que diera basamento, arquitectura y una buena argamasa de coherencia al edificio de su argumentación. Cualquiera de sus compañeros y compañeras pueden echarlo una mano. El señor José Terceiro, por ejemplo, puede pasarle los planos de la palabra fontanero, ra.
Juas, juas... |