El escritor Arturo Pérez Reverte asegura que si tiene "cabeza, imaginación y ganas" seguirá escribiendo "seis o siete años más", pero no le gusta hacer planes porque la vida le ha enseñado a no hacerlos: "Soy libre de verdad, soy uno de los pocos hombres libres que conozco".
"A medida que vivo, voy decidiendo lo que hago. Es como navegar; depende del viento, de la luz, del mar, de las ganas... Vivir es navegar y escribir es como vivir y navegar", afirma el autor en una entrevista en la que habla de su nueva novela, La reina del sur, una historia de narcotraficantes ambientada en México y en el estrecho de Gibraltar. Pero, aunque no le gustan los planes, Pérez Reverte (Cartagena, Murcia, 1951) tiene ya programado lo que hará en los próximos meses.
Cuando termine la fase de corrección final de La reina del sur, y la novela se publique a primeros de junio (con una tirada de 275.000 ejemplares, según datos aportados por la editorial Alfaguara), el escritor dedicará unas semanas a la promoción del libro y luego descansará una temporada.
Y como suele alternar una novela larga -la de ahora tendrá 500 páginas- con otra entrega de El capitán Alatriste, al finalizar sus días de descanso acometerá la quinta entrega de las aventuras de ese soldado veterano de los tercios de Flandes, unos libros que comenzó a escribir con el propósito de acercar la España del Siglo de Oro a los jóvenes de hoy.
Después, Pérez Reverte tiene ya en la cabeza un par de novelas largas de las que prefiere no adelantar nada. "Si tengo salud y cabeza, imaginación, disciplina y ganas, creo que tengo para seis o siete años más, o quizás diez. No me preocupa: cuando se acabe, se acaba", añade.
Cada nuevo libro del autor de La tabla de Flandes, Territorio comanche o El club Dumas, entre otros títulos, va precedido de un largo trabajo de documentación y de localización geográfica.
Así ha pasado con La reina del sur, en la que ha empleado los dos últimos años y medio, el primero de ellos recorriendo los escenarios de la novela, tanto en el estado mexicano de Sinaloa como en diversas ciudades del estrecho de Gibraltar.
"He ido a Sinaloa, he visitado a antiguos amigos míos que me debían favores y yo a ellos; he hablado con narcos, he estado en las cantinas oyendo música y emborrachándome con la gente", cuenta el autor, para añadir que en España hizo lo mismo en lugares como Algeciras o la costa del Sol.
"Yo soy un escritor profesional y eso lleva mucho tiempo y esfuerzo", dice este escritor que un día decidió dedicarse de lleno a la literatura después de recorrer el mundo como reportero durante 21 años.
Tras demostrar su pasión por el mar en su anterior novela, La carta esférica, Pérez Reverte renueva la felicidad de contar historias en esta obra cuyo origen está en los múltiples viajes del escritor a México, donde descubrió los narcocorridos, un tipo de canción popular que en tres minutos cuenta la vida y muerte de los narcotraficantes.
En uno de sus viajes "escuché en Sinaloa esa música en los bares, en las cantinas y me fascinó porque son como mininovelas", dice el escritor, quien tras hablar con la gente y conocer a fondo sus costumbres decidió que le apetecía contar una historia de narcotraficantes.
"Como yo no tenía esa capacidad musical para hacer un narcocorrido en tres minutos decidí escribir una novela de 500 páginas", asegura este murciano de 50 años, para anunciar a renglón seguido que La reina del sur es una novela "muy revertiana".
El lector habitual de Pérez Reverte, cuya obra está traducida a más de veinte idiomas y es un escritor de gran éxito en España y en países como Estados Unidos, Francia, Italia o Polonia, "reconocerá los ambientes, el mundo y los personajes clásicos de mis libros, aunque éste tiene como novedad que transcurre en la actualidad, sin ninguna mirada hacia el pasado".
Su nueva novela, fruto de dos años y medio de intenso trabajo, es "mucho más dura" que La carta esférica. "En La reina del sur no hay buenos ni malos, pero refleja un mundo muy cruel donde matar, morir, engañar, corromper, traicionar, sobornar y traficar es algo cotidiano", añade.
El libro cuenta doce años de la vida de Teresa Mendoza, una joven sinaloense, novia de un piloto de avionetas que trabaja para los narcotraficantes. Al chico, apodado el Güero Dávila, lo matan y en un lugar como Sinaloa, donde "morir de muerte violenta es morir de muerte natural", lo normal es que los familiares y amigos del asesinado corran una suerte similar.
Teresa, una mujer analfabeta que
hasta entonces no había hecho más que "ser novia de un narco
y gastar dinero", se ve obligada a huir de México y se refugia en el
sur de España, donde comienza a desenvolverse en el mundo del tráfico
de hachís.
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