Pérez-Reverte: "La mujer es el último gran héroe épico actual"
Arturo Pérez-Reverte habla rápido, con el mismo nervio de sus tiempos de reportero, dispara titulares a cada pregunta y mantiene un trato cercano con el gremio que dejó hace casi una década. «Ahora os toca a vosotros ganaros el jornal», espeta a periodistas después de esbozar cuatro detalles de su última novela, La reina del sur.Como los 17 libros que le precedieron -siete de ellos de los «gordos»-, el último va camino de instalarse en la azotea de las listas de ventas. Al menos eso auguran los 213.000 ejemplares agotados en veinte días de una novela con el narcotráfico como telón de fondo, ambientada entre México y el Mediterráneo oriental y basada en hechos reales.
Con una versión cinematográfica en ciernes -de la que no quiso ofrecer detalles-, lo único que sorprende en el decorado del exitoso lanzamiento de La reina del Sur es la unanimidad en las críticas benévolas. «Es bueno tener críticos enemigos, así si resbalas en la bañera se encargan de remarte. Ayudan a mantener una saludable vigilancia», bromeó. Pérez Reverte considera que su última novela no es perfecta pero sí «la mejor que podría haber hecho».
Lejos del recurso histórico, Pérez-Reverte se ha pertrechado de sus herramientas de reportero para superar el reto de La reina del sur. Y tirar de agenda y entrevistas durante dos años y medio para bregar con un asunto de actualidad. «No hay ningún museo del narco. La novela es una forma de aprender como cualquier otra», apunta. En su acercamiento a un tema espinoso como el del narcotráfico, el escritor ha dejado atrás los juicios de valor. «No hay un fondo moral, ni podía haberlo. Me limito a describir un mundo, los valores de un narco, sin juzgar si es bueno o malo».
Arturo Pérez-Reverte ha tenido que volver a ponerse, como en La carta esférica, en la piel de una mujer, de Teresa Mendoza, la mexicana novia de un piloto de avionetas al servicio de narcotraficantes, y que, en pocos años, pasa a convertirse en la reina del tráfico de drogas en el Estrecho de Gibraltar. El escritor considera que los personajes femeninos tienen más matices, una riqueza «heroica». «La mujer es el último héroe épico actual, un soldado en territorio enemigo, sin retaguardia ni analgésicos sociales. Su mirada es mucho más lúcida, porque su mundo es más duro y desolador. La mujer se autoengaña menos que el hombre, que ha puesto las reglas del juego y, como dice la protagonista,le toca vivir un corrido cuya letra han escrito otros», explica.
Los narcocorridos -las canciones populares mexicanas que narran las hazañas de los narcotraficantes- inspiraron la novela e impregnan la estructura y el ritmo, en el que ha intentado que no se vean los «zurzidos» de una trama «compleja» que se extiende a lo largo de más de 500 páginas. No renuncia a las novelas largas, con guiños y referencias. Cada escritor, opina, «amuebla el mundo con sus novelas». Tampoco se resigna a prescindir de la diversión. «Cuando escribo prefiero subirme a una planeadora (una embarcación de vigilancia costera) que asomarme a una ventana con lluvia», indicó.
El padre de la saga Alatriste dice
que cada nueva novela implica «un paso adelante como ser humano»
pero asegura que sigue escribiendo la misma novela de sus inicios, adaptada
a los cambios que «el corazón y el punto de vista» imponen.
|
|
webmaster@icorso.com |