El Santisima Trinidad
se reconstruye en Algeciras
Doscientos años
después de la batalla de Trafalgar, la elegante figura del navío
español "Santísima Trinidad" será rescatada y volverá
a tomar cuerpo. Se trata de una réplica del que fuera navío
insignia de la flota naval española desde 1769, año en que
fue botado en los astilleros de La Habana, hasta 1805 en el que los ingleses
tomaron el relevo de la hegemonía naval española y la Armada
Invencible fue derrotada frente a las costas de Cádiz. Desde entonces
el pecio del buque que en su tiempo fue considerado el mayor del mundo reposa
bajo las aguas.
Ahora, Yolanda Guerrero y Ángel Llorente, propietarios de la promotora
Eurodoblón de Benalmádena (Málaga), están construyendo
en el puerto de Algeciras una réplica del famoso buque que se convertirá
en un bar restaurante, La coincidencia con la celebración este año
del aniversario de la batalla de Trafalgar es "pura casualidad, dijo Guerrero.
"Llevamos dos años y medio con la idea".
El destino será el puerto de Málaga. "Esta idea surgió
por la afición a la marinería". Uno de los socios, Ángel
Llorente ha tenido locales decorados con enseres de buques del siglo XVIII..
"De repente, surge la idea de hacer un barco de verdad".
Ninguno de los dos tenía experiencia, ni conocimientos, pero tuvieron
suerte porque al poco tiempo de recabar información localizaron un
buque "que reunía las características en cuanto a eslora y
manga del barco que habíamos decidido copiar, el Santísima
Trinidad". Era un barco mercante, con casco de acero, que estaba en Vigo
(Galicia), después de haber sido intervenido por la Guardia Civil
por contrabando de tabaco. Se adquirió en un desguace.
A partir de ahí ya, mediante un proyecto de ingeniería naval,
se empezaron los trabajos de construcción en unos astilleros de Vigo,
donde se reformó el casco y se empezó a levantar el "Santísima
Trinidad". Poco después, los promotores de este proyecto trasladaron
el barco a Málaga, donde estuvieron unos meses.
Por problemas de ubicación, y de costes del astillero, "que era carísimo",
decidieron trasladar los trabajos al puerto de Algeciras, donde según
dijo Yolanda Guerrero "teníamos hueco para más tiempo y muchísimo
apoyo tanto por parte de la Autoridad Portuaria corno de la Capitanía
Marítima. Están teniendo con nosotros un trato exquisito. Mucho
apoyo y mucha ayuda porque éramos muy profanos en esto", añadió.
Después de varios meses de trabajos en Algeciras, la imagen del "Santísima
Trinidad" va tomando cuerpo. El barco, todo él recubierto de madera
de pino gallego, va mostrando su imagen gracias a los trabajos de una docena
de personas. Entre ellos, carpinteros de rivera procedentes de Vigo o artesanos
de la madera llegados desde Colombia.
Yolanda Guerrero espera que el próximo verano la réplica del
"Santísima Trinidad" sea ya una realidad y pueda abrirse al público
como bar y restaurante espectáculo, pero también como museo.
Este último se pretende abrir a los niños en visitas gratuitas
concertadas con colegios. La primera cubierta del barco acogerá una
exposición con objetos relacionados con la época, fundamentalmente
de marinería, aunque también los propietarios disponen de piezas
de los siglos XVII y XVIII que nada tienen que ver con el mar.
También podrán observarse objetos curiosos del siglo XIX y
de comienzos del XX. Como ejemplo, Guerrero mencionó una cubertería
del siglo XVII, o un instrumental de dentista del XVIII "que da miedo verlo".
También disponen de libros del siglo XVI, alguno de ellos religiosos,
otros navales. Todo ello responde a la afición de los promotores por
el coleccionismo. Algunos de estos objetos ya los tenían, otros se
han ido incorporando y es que con este proyecto llevan ya más de dos
años y medio. En cualquier caso, añadió que "el museo
nunca se va a terminar de hacer, pues siempre encontramos algo".
El puerto de Málaga será su destino: "Ya hemos tenido contacto
con la Autoridad Portuaria y les ha gustado la idea. Nosotros somos de allí
y estamos encantados. El puerto va a tener una reforma importante como centro
de ocio estaríamos bien situados".
Este negocio, cuyo nombre definitivo no quiso adelantar, tendrá tres
cubiertas, con un total de 2.000 metros cuadrados. Su idea es que el aforo
no supere las 800 personas. Se trata de dar la idea de amplitud, "que la
gente esté cómoda". Además de un restaurante y un bar,
en verano, se podrá utilizar la tercera cubierta como restaurante,
que estará descubierto.
El interior estará decorado en función de la época,
aunque Guerrero dijo que hay que incorporar mobiliario que no había
en el barco original, como la barra del bar o el restaurante. También
se plantean la posibilidad de, en un futuro, incorporar una réplica,
por ejemplo, de los camarotes.
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