La torre de Babel
(Charlas entre Dios y el Diablo.)




Apenas comenzaba el octavo dia, y ya descansado tras tan magna obra, la creación de todo un universo, quiso Dios asomarse a su mundo predilecto, al que, según comprobó, llamaban sus pobladores Tierra. Curioso, pues apenas había una parte en su corteza en la que hubiera tal. Echó un vistazo al planeta, no le llevó mucho tiempo fijarse en todo, ventajas de ser omnipresente. Y lo que más llamó su atención fue de lo que unos hombres hablaban animadamente, algo sobre la torre de Babilonia, aquella que, según ellos, les permitiría llegar al cielo sin habérselo ganado.

Esta si que es buena, se dijo el Altísimo. Claro. Es que hay tanto desempleado... se aburren, pobres. Tú mismo, ángel Matzerah, bajate un momento y dile al Maligno que venga, que tengo unas cuestiones que quisiera comentarle.

Consultaría al del triple seis, que con eso de que tenia los infiernos llenos algo debía saber del tema. Al menos, alli, estaba todo muy bien organizado. Casi todos ardían, tan solo un diezmo cargaba paletadas de carbón con que alimentar al fuego, lo cual tan duro suplicio era como el primero, castigo divino aplicado al hombre, trabajo, sudor, y un dolor de riñones... y ahora, en un misero planeta, algunos, creados a su imagen y semejanza, se pasaban por el forro lo que marcaban las escrituras. Lo del ganarás el pan, etcétera. Torrecitas. A él. Igual es que estos se me parecen en demasía, y, claro, como yo no tengo quien me mande... pobrecitos.

- Estas tenemos. Muchos hombres en paro, lo que deriba en una construcción que no es de mi agrado. ¿Que se te ocurre que haga con estos para darles jornal ? -inquirió al poco el Señor, tras llegar el de los cuernos-. Si siguen así de chulos, al final no sube ni uno sino por las escaleras. Que no es plan. Y sé de la escasez de espacio que os resta para llenar los avernos. Tampoco es cuestión de mandar unas cuantas plagas y que acaben haciéndote compañía.

- Así es, no seria conveniente - le respondió el Diablo -, de seguir el ritmo de ingreso a los niveles actuales, nos quedan plazas libres para dos dias, tres a lo sumo. Ah, y ahora que viene al caso. Cabo Horno, el demonio que me indicaste debiera ser el encargado de las calderas en la jornada nocturna, dice que tiene estrés. Que a ver si le creas un sustituto, que un turno con 12 horas de las de aquí es mas que un suplicio, y que quiere vacaciones. Por pedir, dice él, que no quede. Una vez, y otra, nos lleva locos. Siempre ha sido un rojo, bueno, no solo de cuerpo. Te lo digo yo, que le tengo calado.

- Bien. Sea. Cuando estés de vuelta, no lo hallarás en su puesto.

- ¿No? -preguntó un estupefacto Belcebú. Pues si es en verdad bondadoso, pensó.

- No -dijo mientras sonreía el Señor y, tras una enigmática pausa, añadió- demonio, con minusculas, y exigencias. Habráse visto. Que su compañero Caga Fuego lo rocíe con vino tinto y coñac, y a su segundo nombre con él. Me lo traeis poco hecho, que hoy no almorcé. En su lugar hallarás en su turno, desde esta mismo instante, a otro al que has de llamar Novel, por eso de que acabo de gestarlo.¿Resuelto? Bien, pues a otra cosa. Como te decía, no sé, chico, ya han creado casi de todo, alfarerías, existen los herreros, las tiendas de ultramarinos, tascas de esparcimiento... no se me ocurre nada, por eso te llamé.

Había sido en verdad el diablo engendrado con una mente ingeniosa a la par de malvada, pero pese a su alto entendimiento para con cuanto le rodeaba, no veía sentido alguno a que fuese su creador el que se llevaba las glorias de todo lo bueno, fuese o no suya la idea de hacer lo acontecido en actos finales. Entreténme a estos, le decia. Pues bien. Lo haré. Vaya que si lo haré. Pero a mi modo.

- Confunde sus lenguas, mi hacedor -fué su sugerencia.

- ¿Que confunda sus lenguas? ¿A que fin?

- ¿No lo veis claro? Al de ganar un tiempo, el que tarden mediante gestos en volverse a poner de acuerdo para seguir levantando un torreón. Con franqueza, creo que ni lo harán.

- Bien, con eso resuelvo probablemente lo que al alminar se refiere. Pero eran dos los asuntos a resolver. ¿Y que se ganen la paga estos? -señaló- Eso, ¿ como lo hacemos?

- Bueno, una cosa lleva a la otra. Os cuento. Tras el cambio de idiomas, habrán de crearse traductores que den un entendimiento entre ellos. Tampoco han de ser muchos. Con que creeis el latín, el sajón, el asiático, el hebreo, el árabe... creo que bastará. ya se encargarán los tiempos de desdoblarlos todos. Algun otro que se os ocurra, si un caso... Bien. Cada lengua propia, será, por definición, hablada por unos, a los que desagradará no entenderse con sus vecinos. Esto creará éxodos masivos en busca de nuevas tierras en las que crear una delimitación con eso como factor común, el habla. Comenzará el alquiler de camellos, caballos y burros. Hacedores de grandes macutos. Los primeros en llegar a los sitios dirán: esto es mío, y los mansos dirán que si, que vale. Ya tendremos una nobleza, encargada de ordenar. Esos también trabajarán, aunque menos. Y cuando lleguen a sus pueblos gente que no se entienda, habrá por debajo de su jerarquía coordinadores que asimismo tendrán a una  parte del pueblo encargada de la sistemática expulsión y rechazo al extranjero. Iran vestidos todos igual, que hace bonito, crearemos sastres de uniformes. Los otros serán llamados así, ya os digo; Extranjeros. El resto de civiles se buscará la vida como pueda, como hasta ahora ha sido, pero muchos de ellos añadirán a la obligación de pagar impuestos un nuevo miedo, que venga alguno de fuera a quitarles de pagar una parte de ellos. No me mires con sorna, que ya veras como pasa. Estos dineros mantendrán el salario a la soldadesca. De vez en cuando el señor ordenará allanar una tierra para facilitar el comercio entre los pueblos, ya tendremos ingenieros de caminos, las pertinentes universidades, con gentes que estudien la ley, de donde comienza y acaba nuestro y el su terreno, y que cosas estarán bien o no hacer en él. Tendremos maestros, y gente en las escuelas. Encargados de cantinas que frian magra con tomate, camareros que la sirvan, conserjes encargados del recinto...
Algunos de los mas dotados oradores afirmarán que su tierra no solo es distinta a las demás, sino aun mejor, unos por tener historia propia y otros no, pero inventarla, otros dirán ser superiores al resto, bien por su color de pelo o piel... ¡si supieran que Vos sois todito de color azul!...el caso es que tendremos, tras el señor, a gentes nacionalistas, regionalistas, racistas, xenófobos radicales, partidarios y detractores del señor, policias del territorio común, del propio, guerrilleros del que se cree propio sin serlo, militares, un clero que os recuerde... y que de cuyos beneficios asimismo quedará gran parte. Además,no contribuirá (por hablar en nombre vuestro) en el mantenimiento del señor, ni de lo que abarquen sus terrenos. Tendreis a mucha gente haciendo carreteras, pues estas agradarán al populacho, que ira por ellas muy de vez en cuando a observar los terrenos del enemigo, por tiempo limitado, claro. A eso llamaremos turismo. Dejarán alli sus cuartos, y por eso de hablar distinto será elevado a ellos el precio, con lo que ganan los tenderos del pueblo visitado. Y viceversa, cuando sean ellos los que vengan. Se crearán casas especiales para el que esté de paso. Mesones y hoteles son bonitos nombres.

Cuando no tengan motivos para pelear por delimitaciones lo harán por Ti, unos dirán que sois el creador, otros que no, que es otro, o muchos. Se matarán en gran número (antes o despues todos llegan a vuestra morada o a la mia), y los sepultureros, enterradores, los que mantienen las plantaciones de flores y los que elaboren coronas con ellas no darán abasto.

Cuando la cosa se calme, otra vez a pelear por tierras. Que si la mia es mas vieja y ahora quiero la vuestra... y vuelta a empezar. No será por trabajos y entretenimientos... muchos ya, creo que os he mencionado. Y algunos más os podria decir.

- Si, no será necesario... mi antagónico ser... has cumplido. Me voy con vos. O sea. Ve Conmigo. Que adiós. Al infierno.
 
 
 

Aladroque, Mayo de 2001.