A numeroso enemigo
nos enfrentamos en Julio,
mas por ser infiel mezquino
Dios les dió su merecido.
- Decidme Almenar, amigo,
¿cuántos infieles son vivos?
- Mi capitán Antonino,
en porciento quedan cinco.
- ¡Mancillado está mi honor!
Mandadle carta certera
al capitán Romaguera,
que esos cinco miserables
caigan en juicio de Dios.
- Varios de ellos capitán,
piden duelo en revisión.
- Desarmadlos Almenar,
que acudan presto al castillo
a ver si acierto de pleno
dando muerte al Sarraceno.
- Voto a bríos capitán,
jamás vi mejor caudillo
defendiendo una ciudad.
Algunos pobres morillos
han pedido revisión,
si tienen superstición
piden a Alá que les rece,
que un combate en martes trece
es injusta situación.
Llegando a la fortaleza
se encuentran con Almenar,
que despiadado amenaza:
- De rodillas para entrar.
El capitán los recibe
en su trono ¿o es altar?
y con suave voz les dice:
- ¿Tú qué quieres revisar?.
- Yo magnánimo señor,
sólo quiero la teoría,
si su egregia señoría
tiene a bien ese favor.
- ¡Tu nombre africano animal!
- Señor, buscadme en la A
en la A de Abderramán.
- Pobre combate ofreceis,
en esta demostración
os puse cero con seis
por haceos un favor.
- Pero señor permitidme,
si de las galias viniera
el mismísimo Picard
para poder demostrar
su conocido teorema
y en un signo se equivoca
debido a la gran presión,
no creo que usted le diera
algo más que cero dos.
- Ese Picard que habeis dicho
es un bárbaro del norte,
ni con siete de su corte
me moveis la nota un pico.
¡Almenar, mi fiel sargento,
despedid a esta criatura!,
he logrado por ventura
no mover tanto por ciento.
Y tú, perro sarraceno,
ve estudiando este verano,
que si no se va la mano
en septiembre pasan menos.
- Mi capitán Antonino,
los que a la puerta esperaban
han huido en desbandada
al ver vuestro poderío.
Señor sin par en caminos,
después de tantos disgustos
¿cuál será la recompensa
de la lucha sin igual?.
- Ay, mi buen Almenar,
es el sueño de los justos,
el descanso del cristiano,
y mientras, que los morillos
vayan pasando el verano.