Anne L. Walsh (
“El Capitán Alatriste: un
enigma narrativo”
En las novelas se nos dice que Alatriste es un hombre de pocas palabras, pero ¿cómo las
conocemos?. Lo hacemos a través de Íñigo,
que se nos presenta desde una doble vertiente: como narrador viejo y como joven
actor.
Al leer las novelas
aparece el problema de cómo es posible que Íñigo
conozca hechos que el mismo no presencia. Una explicación sería la de suponer
que es un narrador omnisciente, pero para la conferenciante esa opinión es
falsa ya que lo que sucede es que Íñigo simplemente
sabe más que los lectores. Narra la historia, pero interpreta y controla la
información que se ofrece, así como la cronología del relato.
Este es un tema que ya se
trató en el anterior congreso dedicado a la generalidad de la obra de Pérez-Reverte
y en el mismo el profesor José Manuel López de Abiada
manifestó que una parte de la narración sería el relato de Ínigo
y otra parte estaría constituida por opiniones implícitas del autor.
Por tanto se nos presenta
el problema de que o bien Alatriste no es tan callado
o Íñigo y él hablan más de lo que se presenta a los
lectores. La respuesta a este problema sería que o bien es una decisión del
autor, o bien no existe un único narrador, sino que habría un narrador en
tercera persona y uno en primera persona
plural.
Como conclusión se
ofreció que la estructura de las novelas es difícil de analizar y que es el
lector el que debe rellenar los huecos, lo que además del placer de leer le
concede el de participar.