“La mujer es el héroe del siglo XXI”

 

Sábado, 25 de Mayo de 2013

 

 

El escritor español –uno de los más vendidos en todo el mundo en lengua española– pasó por nuestro país para presentar su última novela, “El tango de la guardia vieja”. Mujeres, tango, literatura, el velatorio de su padre, dudas y certezas se cruzan en esta charla del autor con Cultura Los Andes.

 

En Facebook hay un grupo llamado “Que expulsen Arturo Pérez-Reverte de la Real Academia Española”. “Por poco respetuoso”, dicen. “Por zafio” (que es algo así como “maleducado”). “Por jactarse en sus declaraciones de que insultar a las personas es un vehículo de promoción” (sic).

 

Desde el otro rincón, no el de Pérez-Reverte sino uno radicalmente alejado de cualquier academia, Roberto Bolaño, en una ya famosa entrevista con la revista Playboy, dijo: “Pérez-Reverte o Isabel Allende, da lo mismo. (...) La Real Academia es una cueva de cráneos privilegiados. No está Juan Marsé. No está Juan Goytisolo, no está Mendoza ni Javier Marías, no está Olvido García Valdés, no recuerdo si está Álvaro Pombo (probablemente si está se deba a una equivocación), pero está Pérez-Reverte. Bueno, Paulo Coelho también está en la Real Academia brasileña”.

 

Pero a Reverte –según él mismo dice– ninguna etiqueta le interesa: “Yo no soy un artista”, comenta en un desayuno con medios del interior en el Hotel Alvear, en Capital, cuando le preguntan por la manera en que construye sus novelas: “Soy un profesional con un oficio: contar historias de una forma eficaz. Hacer una novela es como hacer medialunas o como hacer autos, es un oficio que requiere una serie de elementos: como el pan necesita más o menos harina, yo necesito un género, recursos narrativos y gramáticos, y también recurrir a maestros. Abro un libro y ‘Oiga señor Dostoievski, permítame consultarle algo’...  ‘Maestro Conrad, ¿cómo hago?’... Así voy tomando mis propias herramientas”.

 

ROMANCES PELIGROSOS

 

El desayuno está servido para presentar en la Argentina su más reciente historia, “El tango de la guardia vieja”, una novela de quinientas páginas con cortes, quebradas, orquestas, hoteles baratos, caros, tugurios, cruceros y enigmas intrincados entre partidas de ajedrez y un romance prohibido seguido a lo largo de las vidas de un despierto bailarín mundano y una curiosa y, por curiosa, arriesgada dama de la alta sociedad europea.

 

Además de esta serie de entrevistas con la prensa argentina, el autor estuvo recientemente en la Feria del Libro atendiendo con amabilidad a cada uno de los cientos de lectores que se acercaron con un libro para que se los firmara. La misma amabilidad con que saludó uno por uno con un apretón de manos a todos los que, pocos días antes, lo esperábamos en el salón del Alvear donde se llevó a cabo la charla: primero a los mozos, luego a la simpática chica de la barra, las asistentes de la editorial y finalmente a los periodistas.

 

Algo así como Max Costa, el bailarín protagonista de su novela, acerca del cual –en un fragmento de la misma– cuenta: “En aquel entonces, además  de los bailes de salón que le servían para ganarse la vida –tango, foxtrot, boston–, dominaba como nadie el arte de crear fuegos artificiales con las palabras y dibujar melancólicos paisajes con los silencios. Durante largos y fructíferos años, rara vez erró el tiro: resultaba difícil que una mujer de posición acomodada, de cualquier edad, se le resistiera en el té danzante de un Palace, un Ritz o un Excelsior, en una terraza de la Riviera o en el salón de primera clase de un transatlántico. Había pertenecido a la clase de hombre al que podía encontrarse por la mañana, en una chocolatería y vestido de frac, invitando a desayunar a los criados de la casa donde la noche anterior había asistido a un baile o una cena”.

 

Pero las entrevistas y las largas sesiones de firmas de libros no son el único modo a través del cual el escritor español se conecta con sus lectores.

 

Todos los domingos, Reverte se sienta dos horas frente a su computadora y desde su cuenta en Twitter, seguida por más de seiscientas mil personas, el autor de la exitosa saga del capitán Alatriste dispara frases como con lanzafuegos que la prensa de su país levanta y reproduce en un click: “Pérez Reverte incendia Twitter con su ‘Sevilla real’”.

 

O: “‘Maderos, yonquis, putas y gentuza’ y ‘no la Feria y la Semana Santa’ son la realidad de la ciudad, según el autor”. Pero con esto tampoco, dice, se hace demasiado problema: “Es una cosa curiosa, porque no soy muy partidario de las redes sociales. Viajo sin computadora y en mi teléfono no llevo internet, debo ser uno de los últimos hombres de ese tipo. Pero tengo un reto, una cantidad de cartas de lectores a los que me es imposible responder y siempre tengo el remordimiento de no estar a la altura de lo que ellos esperan de mí, entonces descubrí por casualidad que Twitter es una herramienta rápida para eso. Me siento los domingos dos horas y allí hago ver el interés que tengo por relacionarme con ellos. Hasta ahora tengo 640 mil seguidores con los que dialogo en un tono informal, de amigos, por lo cual a veces digo algunas salvajadas, y la prensa a veces levanta algunas declaraciones y se arman algunos líos, pero bueno, asumo los daños colaterales”.

 

 

LA MUJER DEL FUTURO

 

“Antes tenía una sospecha, ahora es una certeza: creo que el hombre como héroe de novelas está acabado”, asegura el autor, ya entrada la charla, cuando se lo consulta por la fundamental importancia de las mujeres en sus historias.

 

“El hombre vivió siglos, está exprimido como limón de paella, no queda nada. Pero en la mujer hay un aspecto muy interesante. Madame Bovary o Anna Karenina ya no existen, y al mismo tiempo no han dejado de ser lo que eran. Ahora la mujer trabaja, se enfrenta a la vida, compite con los hombres, tiene un nuevo desafío vital al que hacer frente, pero al mismo tiempo no ha dejado de ser lo que ha sido hasta ahora. Es la mujer del futuro y no ha dejado de ser la mujer del pasado, y eso las somete a una presión complejísima, violentísima”.

 

Reverte siente que esta situación brinda a la narración de historias la posibilidad de una nueva mirada: “Este nuevo escenario femenino da conflictos nuevos, personajes que no existían. Está dando lugar incluso a una nueva ética femenina. Es la mujer la que puede aportar en este momento más novedad en la literatura. Es el personaje más prometedor, más apasionante. Y en mis novelas me he ido acercando poco a poco cada vez más a esa situación, porque me interesan también sus consecuencias en el hombre. La mujer es el único héroe posible del siglo XXI”. 

 

Hay otro aspecto que según el autor complementa esta idea: “Los hombres hemos estado construyéndonos consuelos, analgésicos, reductos donde refugiarnos del fracaso, el dolor, la soledad: el burdel, el bar de la esquina, el fútbol... La mujer no ha terminado de crearse sus trincheras, entonces hoy es mucho más consciente de que el mundo es un lugar hostil y peligroso”.

 

FRACASAR CON ELEGANCIA

 

En sus novelas, que describen escenarios con cientos de años de antigüedad con detallada precisión, queda clara la fascinación de Reverte por el pasado, pero ¿cómo se lleva con el mundo de hoy?

 

“A ver”, comienza el autor a hilvanar una posible respuesta, “antes había elementos imprescindibles si uno quería jugar en ciertos ambientes. Si uno no era elegante, si no vestía bien, si no se comportaba de cierta manera, no podía acceder a nada. Eso ya no es necesario, por suerte. Pero también es verdad que hay una parte que es lamentable, y es que al borrar de nuestras vidas esas maneras en mayor parte superfluas, innecesarias, también se han llevado las que sirven.

 

Actitudes dignas... Pongo un ejemplo: cuando mi padre murió y yo estaba bajando a la tumba, sus amigos fueron a acompañarlo, y oí a uno de ellos que decía: ‘Era un hombre honrado y un caballero’. Y yo pensé ‘Qué bien, qué epitafio más perfecto para un hombre que lo fue’. Pero eso ocurrió hace ya veinte años y lo dijo un señor que nació en 1918. Ahora decir eso es como decir ‘Ese tipo es tonto’. Entonces, ante todo lamento que al haber la vida borrado todas esas maneras superfluas haya borrado también la parte noble que ese mundo tenía. Esa dignidad personal, esa actitud que ahora se da pero que es menos valorada”.

 

Otro factor importante de su última novela tiene que ver con la sabiduría que llega con la edad. Pero esa sabiduría, asegura Reverte, nunca llega de la manera en que uno la espera, ni tampoco es lo que uno suponía: “La vida te va despojando de certezas: uno llega a la línea de salida cuando es joven con palabras como patria, honor, amor, dignidad, trabajo, uno cree en todas. Pero poco a poco luchas, peleas, te dan hostias, las das tú, y la vida te va despojando poco a poco de las certezas que tenías. Entonces, asombrosamente, de jóvenes creíamos que la vida nos daría certezas, pero es al revés: la vida te da dudas. Cuánto más viejo te pones, menos certezas y más incertidumbre tienes. Yo creo que la lucidez, la sabiduría a la que podemos aspirar es a esa ausencia de certezas y a esa incertidumbre. El tema está en cómo se las arregla uno en esa situación para sobrevivir, cómo se monta por eso a veces una ética cuando la vida te ha quitado los motivos éticos y no tienes nada ético de dónde agarrarte para mantenerte digno, erguido, la estética puede ser una ética: ser digno, voy a ser honrado”.

 

Fracasar con elegancia. Esa es la frase con que el autor resume no sólo la actitud de sus personajes en la novela, sino también la que él mismo espera llevar: “En la vida se puede comprar todo: un hombre, una mujer, una causa, pero no se puede comprar la dignidad. La tienes o no la tienes, y si no la tienes, no la puedes comprar. Y al que la tiene se le nota. Y si se la pintan de verde seguirá siendo dignidad pintada de verde, pero será dignidad. Esa elegancia moral que hasta en los peores momentos el ser humano mantiene es la única virtud que la vida nos ha dejado...”.

 

Entonces hace una pausa, termina de un trago el café y concluye: “Bueno, ya está bien, ¿no?, no les voy a quemar la cabeza con esto...”. Y larga una risotada con la que contagia a todo el salón.