Alatriste desembarca en Conil
Los días de cine que está viviendo la provincia tocan a su fin. El equipo de rodaje de Alatriste, que hoy estará ya en Sevilla, desembarcó el pasado miércoles por la noche en Conil para llevar a cabo la filmación de algunas de las escenas de la cinta que dirige Agustín Díaz Yanes y que se rodaron ayer durante toda la jornada. El buen tiempo acompañó al equipo que eligió como escenario la belleza de la playa de Castilnovo, en la zona próxima al Río Salado, durante toda la mañana.
Estaba previsto que por la tarde los acantilados conileños en la zona del muelle pesquero formaran parte del rodaje, aunque el secreto que rodea la grabación de la película quedó patente en el silencio que el equipo mantuvo al respecto. Protección Civil colaboró en la seguridad del rodaje. Como anécdota, se atendió al joven actor Unax Ugalde de un pequeño corte sin importancia en la rodilla.
Viggo Mortensen metido en la piel del espadachín Diego Alatriste caminando solitario por la playa, el desembarco de un pequeño bote en la orilla y un Unax Ugalde que desfallecido en la orilla es atendido por su compañero Alatriste, fueron algunas de las escenas cuyo rodaje pudo apreciar el público ayer por la mañana en la improvisada sala de cine en que se convirtió el litoral conileño.
Los curiosos, entre ellos muchos turistas extranjeros, tuvieron que soportar las medidas de seguridad en torno al rodaje y situarse tras la cinta colocada al efecto, prismáticos, cámaras de fotos que escapaban al control del equipo, pese a las prohibiciones. Todo merecía la pena con tal de ver a escasos metros a Mortensen saborear un bocadillo, en un descanso, junto a las sombrillas, o asistir a la caracterización de Unax Ugalde.
Dos jóvenes conileños estuvieron entre los figurantes que ayer participaban en la filmación. Diego Gómez, muy conocido por su labor como director de la banda de música del Santo Entierro además de responsable de comparsas juveniles en la localidad y el socorrista acuático, Juan Francisco Barroso.
Mientras, el cuarto día de rodaje de la película de Camarón en San Fernando tuvo ayer como escenario uno de los lugares más emblemáticos: la calle Carmen, en las Callejuelas, lugar donde este genio vivió, y como público, a los que hasta hace ya algunos años fueron sus vecinos. Entre comentarios y aplausos se abrió paso un Óscar Jaenada caracterizado con precisión que a muchos de los asistentes puso los pelos de punta por su gran parecido a este mito del flamenco que creció entre ellos.
Un calor de justicia, muy propio de las dos de la tarde, y un silencio que se hizo complicado entre tanta gente fueron las pequeñas incidencias que atormentaron al equipo de producción, que se afanó en desalojar toda la calle para que en la secuencia sólo se viera al protagonista y al resto de los actores. De fondo, un coche de la época parecía suspender en el tiempo los pocos metros de la vía que el actor recorría una y otra vez en los ensayos de la secuencia y en las diversas tomas para el rodaje.
Jaime Chávarri, apostado tras las cámaras, daba explicaciones a los actores, matizando sus expresiones y comentarios y enfatizando en los aspectos más sutiles de la conversación entre Camarón y su amigo. La escena recreaba la vuelta a casa del artista tras una actuación en la Venta de Vargas, él sintiéndose todavía José Monge y su amigo, llamándolo ya Camarón. Nacía así el mito entre las calles de La Isla, aunque todavía él no terminara de creérselo.
Mientras tanto, en el mundo real, las azoteas y las calles colindantes a las del rodaje, permanecían llenas de vecinos a la espera de la toma definitiva y el director Jaime Chávarri bromeaba con ellos entre toma y toma. Finalmente, la toma definitiva se produjo y el público de este auditorio callejero aplaudió, casi como despidiéndose de nuevo de su vecino de siempre.
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