Narcotráfico entre México y el Estrecho de Gibraltar
Arturo Pérez Reverte impregna del ritmo musical de los narcocorridos mexicanos las páginas de su nueva novela, La reina del sur, una historia de corrupción, drogas, amor y muerte a la que el escritor ha puesto ya punto final y en la que, por primera vez en su obra, la mujer se convierte en protagonista absoluta de la novela, que llegará alas librerías el próximo 5 de junio editada por Alfaguara, está basada en hechos reales y su escenario es el estado mexicano de Sinaloa -“un lugar donde la sociedad, la economía y el folclore giran en torno al narcotráfico y a sus leyendas”- y el Mediterráneo occidental, según cuenta el escritor en una entrevista, en la que adelanta sus claves del libro.
Tras demostrar su pasión por el mar en su anterior novela, La carta esférica, Pérez Reverte renueva la felicidad de contar historias en esta obra cuyo origen está en los múltiples viajes del escritor a México, donde descubrió los “narcocorridos”, un tipo de canción popular que en tres minutos cuenta la vida y muerte de los narcotraficantes.
En uno de sus viajes “escuché en Sinaloa esa música en los bares, en las cantinas y me fascinó porque son como mininovelas”, dice el escritor, quien tras hablar con la gente y conocer a fondo sus costumbres decidió que le apetecía contar una historia de narcotraficantes.
“Como yo no tenía esa capacidad musical para hacer un narcocorrido en tres minutos decidí escribir una novela de 500 páginas”, asegura este murciano de 50 años, para anunciar a renglón seguido que La reina del sur es una novela «muy revertiana».
El lector habitual de Pérez Reverte, cuya obra está traducida a más de veinte idiomas y es un escritor de gran éxito en España y en países como Estados Unidos, Francia, Italia o Polonia, «reconocera los ambientes, el mundo y los personajes clásicos de mis libros, aunque éste tiene como novedad que transcurre en la actualidad, sin ninguna mirada hacia el pasado».
Su nueva novela, fruto de dos años y medio de intenso trabajo, es «mucho más dura» que la carta esférica. En La reina del sur no hay buenos ni malos, pero refleja un mundo muy cruel donde matar, morir, engañar, corromper, traicionar, sobornar y traficar es algo cotidiano», añade.
El libro cuenta doce años de la vida de Teresa Mendoza, una joven sinaloense, novia de un piloto de avionetas que trabaja para los narcotraficantes. Al chico, apodado «el Güero Dávila», lo matan y en un lugar como Sinaloa, donde «morir de muerte violenta es morir de muerte natural», lo normal es que los familiares y amigos del asesinado corran una suerte similar.
Teresa, una mujer analfabeta que hasta entonces no había hecho más que «ser novia de un narco y gastar dinero», se ve obligada a huir de México y se refugia en el sur de España, donde comienza a desenvolverse en el mundo del tráfico de hachís en Algeciras, Ceuta, Melilla y en diferentes ciudades de Marruecos.
La protagonista es una mujer con suerte y, aunque le pasan cosas terribles, «cada desgracia que le sucede, en vez de hundirla, la van subiendo a un peldaño superior», cuenta el autor.
Teresa pasa una temporada en la cárcel y allí «conoce a gente que le cambia la vida y le descubre el placer de leer». Su primer libro fue El conde de Montecristo y a partir de él se transforma en «una lectora voraz». Poco a poco se convierte en la reina del narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar, y al final, una mujer muy diferente de la que salió huyendo de Sinaloa, vuelve a su tierra «a ajustar cuentas con su pasado».
A Pérez Reverte hay un tipo de mujer que siempre le ha interesadoy que está presente en todas sus novelas. Pero en La reina del sur, por primera vez, el escritor se mete a fondo en su piel, la hace protagonista absoluta y cuenta «el mundo visto por una mujer». No le ha sido fácil conseguirlo, reconoce el autor de La tabla de Flandes, El maestro de esgrima o La piel del tambor. «Pensar como una mujer, ver la vida como ella lo hace y ver pasar los años por su rostro y por su corazón no es fácil para un hombre», asegura.
Encontrar el lenguaje adecuado fue para él otro de los grandes retos de la novela. Ensamblar el argot local que utiliza la protagonista con el español normal y «hacer que la novela funcione para un mexicano y un español ha sido un ejercicio muy interesante».
Está contento del resultado y dice que la novela le ha abierto “un montón de puertas» y le ha permitido conocer el español de América. «Ha sido muy enriquecedor». Además, como suele, se ha documentado a fondo y ha visitado México y la zona del Estrecho, de Algeciras a la Costa del Sol.
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