En la "Piel del Tambor", como en la mayoría de las novelas de Pérez-Reverte, muchos de sus personajes secundarios, darían para novelas enteras, propias. De ahí, que en palabras del propio autor "hay que hilar muy fino" para que los personales secundarios no "absorban" al personaje principal.
Sin ir más lejos, en "La isla de la Mujer Dormida" darían para una propia, Salvador Loncar y Pepe Ordovas, las hermanas Calafell (Libertad y Acracia), por ejemplo. |