Da para una novela entera, ¿no creéis?
"Podía haberse quedado en el puerto, pues era marinero mercante y no estaba bajo las órdenes de la escuadra, que todos sabían condenada al desastre: viejos buques con malas máquinas y pobremente armados contra acorazados y cruceros yanquis. Pero quiso zarpar. Lo hizo el último, cuando todos los españoles, que habían ido saliendo uno tras otro, ya estaban hundidos o ardiendo. Ni siquiera pretendió escapar, sino que puso rumbo hacia los buques enemigos, a toda máquina, con un pabellón negro izado junto a la bandera de España. Cuando se hundió, todavía intentaba embestir al acorazado Indiana. No hubo supervivientes." |