Foro sobre Arturo Pérez-Reverte
Un lugar de encuentro donde "discutir" sobre la obra del escritor Arturo Pérez Reverte

Salva escribió el día 28/10/2020 a las 06:57
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“Escribo sobre lo que me sale de los cojones” ... las dos caras de la noticia.


El escritor Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) se subió ayer al escenario del Arts Santa Mònica, en la inauguración de la feria Liber, para recoger el premio al fomento de la lectura en medios por su portal digital ‘Zenda’, revista literaria que cuenta con un millón de lectores mensuales. En el mismo acto, la consellera de Cultura, Àngels Ponsa, afirmó que “lo único bueno” que nos ha dejado el coronavirus es el espectacular aumento de los índices de lectura, “la mejor campaña que jamás se ha hecho”.

Previamente, Pérez-Reverte contó a este diario por qué, hace cuatro años, fundó ‘Zenda’: “Yo era un escritor afortunado, me dedican páginas en todos los periódicos, pero muchos autores interesantes nunca salen, porque no son de un grupo o de otro. Si no tienes amigos, mal. Si eres de izquierdas, sales en ‘El País’ y en eldiario.es pero no en ‘ABC’. Así que me dije: ¿por qué no crear una legión extranjera? Donde salga cualquier tipo que publique y esté bien. Que no seamos tan gilipollas como algunos suplementos (no todos, eh, por citar solo dos ejemplos los de ‘La Vanguardia’ y ‘ABC’ todavía prescriben). Que si Paco Martínez publica un libro sobre los moriscos expulsados en Alicante, se dé a conocer. Se metieron a ayudar Javier Marías, Luis Mateo Díez, Enrique Vila-Matas (con lo raro que es, el cabrón), José-Carlos Llop... Resultado: somos la revista digital literaria más influyente. Trabajan cinco personas, hay más de veinte colaboradores y yo ayudo a que, por ejemplo, Vargas Llosa se ponga, utilizo mis contactos”. No pierden dinero, “nos autofinanciamos, nadie gana un duro y se paga una miseria, somos como una cooperativa de ayuda”.

Pérez-Reverte está contento de estar en Barcelona (“Catalunya es el lugar en que más vendo de España, el 30%”), y aprovecha para hablar de su nueva novela, ‘Línea de fuego’ (Alfaguara), que narra diez días de intensos combates en primera línea de frente en la guerra civil española. una obra en la que ha usado “tres fuentes fundamentales: primera, los testimonios orales de aquellos que hicieron la guerra y me la contaron. Segunda, los libros, memorias de requetés, republicanos... Y, tercera, yo he vivido en la guerra, como corresponsal, durante 21 años, sé cómo es una, el olor, el ruido, las bengalas, el sudor, el hambre, la sed, todo eso es mío, autobiográfico”.

De familia que luchó en el bando republicano, “a mi abuelo, que estuvo en el arsenal de Marina de Cartagena, lo depuraron: lo metieron en la cárcel y lo echaron de la Marina, luego otras familias católicas de bien, de orden, lo avalaron, y pudo salir de prisión. Mi padre combatió y luego hizo tres años de mili con los nacionales en Logroño. Mi tío fue herido en combate dos veces. Los tres eran de una familia de la burguesía acomodada, republicanos viajados, leídos, no viscerales. Mi suegro, un joven izquierdista del Pirineo de Huesca, luchó en cambio con los nacionales. Los subían al camión y a luchar, era el bando que te tocaba”.

Comenta que “empezaron a criticar mi libro antes de que saliera: dijeron la barbaridad de que ‘blanquea el franquismo’. Gracias a esos tontos, he vendido 30.000 ejemplares en una semana. Hay muy pocas novelas sobre el frente de combate. Me dicen: ‘¿Y por qué no habla usted de esto otro?’ Oiga, yo hablo de lo que me sale de los cojones. Me dicen: ‘Tiene usted que hablar de las cunetas’. Pero ¿por qué? Ya lo sé, que había cunetas, pero en el frente no, en el frente había fosas comunes de soldados. Murió más gente en el frente combatiendo que en la retaguardia, pero solo hablamos de la retaguardia. Ideológicamente, que quede clarísimo: la República era legítima; y los franquistas, ilegítimos. Una era la causa justa. Pero, si te acercas a los seres humanos, a un crío de 17 años, navarro, requeté, o un chico de la Quinta del Biberón ¿me está usted diciendo que uno es bueno y el otro es malo? No, no, por favor”.

Un papel destacado en esta novela coral lo tienen los catalanes del Tercio de Montserrat. “Hablaban en catalán con orgullo”, cantaban el ‘Virolai’ y luchaban por Franco. “No agrada recordarlo, eran catalanes católicos de derechas, muy machacados por los escamots. Tenían que demostrar que eran tan españoles como el que más y lograron gestas prodigiosas, hubo muchísimas bajas entre ellos. Una vez, tras una resistencia heroica en una batalla, solo quedaron 40 vivos... y al llegar los rojos, los dejaron irse”.

Pérez-Reverte imagina un grupo de mujeres en el frente, encargadas de las telecomunicaciones entre las líneas, que deben moverse en un entorno viril y machista, que no es el punto de vista de la novela. “Eso es muy español, algunos estúpidos que no me han leído me llaman ‘machista’. Tenemos la etiqueta siempre lista para silenciar a al que no es como nosotros, el español no escucha al adversario,quiere que se calle, eso es algo muy peligroso y nos ha llevado a sitios muy oscuros, queremos cerrar la boca al rival, se da hoy mucho también. Y no es eso: que mañana venga aquí y se siente en un acto en la universidad Mussolini, que se sienten Himmler, Stalin, el Che Guevara, Fidel Castro… yo quiero oírlos, después, cuando los haya escuchado, los condenaré, les escupiré, les haré un juicio de Nuremberg, les pegaré un tiro o les daré un abrazo. Pero primero déjeme usted oírlos. Oiga, don Adolfo, ¿cómo hizo usted para matar a seis millones de judíos? ¿Quién no querría oír eso? ¿Usted no querría entrevistar a Adolfo Hitler? ¿A Stalin?”

-Yo sí.

-Es que, si usted los entrevista, le dirán que ‘La Vanguardia’ está blanqueando el nazismo. Es un proceso de estupidez permanente, que se basa en una incultura enorme y un sectarismo visceral, te sacan los clichés facilotes, no hay un debate razonado, es muy triste pero es así.¿Sabe de dónde viene lo del machismo? Porque me he opuesto al lenguaje inclusivo. ¿Sabe qué pasa? Tengo una ventaja: tengo 69 años, lectores en 45 países y la vida resuelta. No dependo de lo que diga mañana un tuit, mis lectores me conocen desde hace 35 años.

¿Por qué se va alguien a cubrir una guerra como periodista? “Te digan lo que te digan, porque después viene el adorno, el impulso es la aventura, cuando vas a una guerra con 20 años. Yo iba para ver cómo es una guerra pero, una vez allí, descubres cosas. Una guerra es una escuela estupenda de todo, peligrosa y acelerada, allí el ser humano se manifiesta tal como es, al no tener las cortapisas sociales de la paz, es decir, bestial, brutal, generoso... Ves en unos días lo que tardarías diez años en ver. aprendes a ser austero y a valorar lo que tenemos aquí, que salga agua del grifo y los coches tengan gasolina”.

Llegados a este punto, enseña sus cicatrices de Mostar: “Iba corriendo, disparaban, entré a una casa sin luz y me corté con un vidrio, me estaba desangrando, se me acercó un tío, me puso una venda y se fue. Solo recuerdo su olor a sudor, aceite de armas y tabaco. Ese tío a lo mejor salvó mi vida y nunca supe quién era”.

Por cierto, en la Barcelona del toque de queda, ¿cómo son sus noches? “Ayer fui al Corte Inglés, me compré salmón ahumado, foie gras y vino y me volví al hotel a comérmelo viendo una película. Una cena particular”.




https://www.lavanguardia.com/libros/20201028/4953806190/arturo-perez-reverte-liber-linea.html




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