Nada como un confinamiento (en mi caso relativo: trabajo más que nunca estos días) para refugiarse en los sitios pasados y perdidos. De pronto me acordé de este lugar.
Pensaba que esto ardería. Mi sorpresa es inmensa al ver que acá también alcanzó la cuarentena. No puede ser. Tiene que haber algún Faria que escuche.
Ya no leo lo que leía antes. Ni siquiera soy fiel a las patentes semanales. Los amores se van. Los amigos quedan.
Salud y libros.
Nota: algunos amigos se nos fueron para siempre, como mi añorada Meltemi. Lo mejor que descubrí en estas aguas.
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kthma ej aei: adquisición para siempre dice Tucídides que debe ser la historia |