Se puede decir más alto, pero no más claro.
El uso de las lenguas, no sólo de la española, en el cenegal de la política, apesta. En el caso de esta ministra no será por todo el trabajo que hay que hacer, y que sólo así desde el cambio en la realidad social conseguirá que la lengua refleje y recoja lo que tiene que recoger y no a la inversa. |