Se me olvidaba. Respecto a esa marcialidad de la Semana Santa cartagenera, con los cortejos andando disciplinadamente al mismo paso y todo eso, no se debe a razones ni de estética ni de disciplina militar. En el siglo XIX, las cofradías de la región murciana apostaron por la espectacularidad del uso de la electricidad en sus cortejos como sustituto a la tradicional vela. Pero aquellos primeros comienzos no contaban con los adelantes tecnológicos de hoy, y no hubo mejor forma de realizar el cambio que unir las varas de luz que portarían los hermanos por un cable que suministraría la luz a las bombillas. El hecho de estar unidos por ese cable obligó a adoptar movimientos sincronizados para posibilitar el avance fluido de las corporaciones. Los cables, por cierto, había que desenchufarlos y enchufarlos en nuevas tomas según avanzaba el cortejo. |