- Ustedes
perdonarán, pero es que hay cosas que al arriba firmante, a pesar
de la imagen de duro, y de que mariconadas las justas (y eso al volver
la página), le siguen poniendo la sangre como un hervidero. Y me
refiero a los ríos de saliva (mejor baba) con los que todos esos
sesudos contertulios (que lo de tertuliarnos daba para otra página
pero que si me meto con eso igual el Sr. Carreter me llama Ana Rosa o la
Audiencia Provincial de Barcelona, con dos cojones, me empitona como al
Cela, que ya era hora que alguien se los echase, por otra parte) nos salpican
estos días, porque a cuatro talibanes taraos se les ha dado por
volar unas imágenes de buda.
Que si, que vale, que si la cultura y la madre que la parió, que si patrimonio de la humanidad (como Cela) que si el Tribunal Internacional lo considera delito, pues fale, pues que me alegro. Que esos mismos chalados llevan la tira de tiempo machacando (literalmente, que no tengo hoy yo el cuerpo para eufemismos ni licencias literarias), a las mujeres de esa tierra: no pueden salir a la calle, no pueden estudiar, ni tienen asistencia médica, vamos, que no pueden vivir, y aquí en la reserva espiritual de occidente ni Dios dice esta boca es mía, pero eso si el grito en el cielo porque se cargan cuatro piedras, que serán patrimonio y lo que quieran pero son cuatro piedras.
Y ya estamos como en Serbia que llegaron tarde, mal y arrastro, pero con más peligro, que dejar sin medicinas a los niños iraquíes o a los cubanos es por su bien, pero como vamos a interferir en los asuntos internos del país Afgano que eso es muy feo y Solana no deja. La madre que los parió, que no me hice enfermera (cabrón) de aquella y de esta me dan ganas de meterle el cargador al Kalasnikof (lo que les conté hace un tiempo de que estaba inutilizado era mentira, aviso) y plantarme en la sede central de la otan y hacer una como las del Tarantino, pero pasándome primero por un par de emisoras de televisión y radios...
Que
más valía un por si acaso que un quien lo iba a decir.
