Los enteraos
Lo que falta es vocación, que es mejor saber de lo tuyo y no estar metiendo las narices en asuntos que ni te van ni te vienen ni te importan,y que una cosa es la cultura general, de la que uno después de mucho trabajo puede presumir, y otra la culturilla generalizada, o lo que sea, ya me entienden.
Estos rufianes marisabidillos, o campanudas pedantes-que aquí el género femenino también peca de instruido-tienen la suerte de disponer de un público fiel y creyente, de un auditorio adicto a sus sapiencias que entre sies y noes inflan al maestro con su atención , ya quisiera para mí tanto hincha alrededor y no es que me queje pero el esfuerzo no es comparable ni la vergüenza tampoco; entre unos y otros forman pequeños rebaños con un animal de bellota como pastor o la mula Francis como mayoral y después de decir las chorradas correspondientes se largan pisando fuerte y diciendo: ahí os quedáis partida de ignorantes.
Y lo
malo es que este gremio abunda, inunda nuestras ciudades, expone sus ideas
infundadas con seguridad y convencimiento de causa, no dudan de nada porque
son los reyes del saber, tienen una idea exagerada e hiperbólica
de sí mismos, un orgullo aplastante casi envidiable,y como diría
Quevedo todos traen la espada a la gineta y la daga a la brida con listón;
pero guárdense de ellos que igual casan a Napoleón con Juana
la Loca, que dicen que al Capitán Alatriste le parió el Sr.
Marías y eso sí que me tocaría los cojones.