PRESENTACIÓN DE EL PINTOR DE BATALLAS EN MADRID (16

PRESENTACIÓN DE EL PINTOR DE BATALLAS EN CARTAGENA (03.04.06)

por Fierabrás y Duquesa de O

 

 

Día despejado, veintitantos grados, manga corta o camisa fina de primavera. Aunque digan que todos los comienzos no son iguales, en este caso pareció repetirse el ritual (¿tendrá que ver con parte del argumento del libro? ¿Realmente no existen las casualidades? ¿Todo está sujeto a una serie de reglas que no alcanzamos a ver por lo limitado de nuestro punto de vista? Quizás) con la espera en la puerta del edificio de la casa Pedreño (la misma que en la conferencia del 5 de octubre del pasado año) hasta que unos 45 minutos antes abrieron las puertas para la entrada del respetable.

 

Con el aforo completo y una vez acomodada la concurrencia, entraron en la sala D. Arturo Pérez-Reverte y D. José Perona. Las presentaciones mutuas fueron bastante informales y ambos se tildaron de viejos amigos. Tras su acomodo personal, agua para Pérez-Reverte y cacique con cola para Perona, hablaron de cómo iban a comenzar, hasta que Pérez-Reverte instó a José Perona a preguntarle lo que quisiera saber sobre el libro que para eso él era el lector y el que desconocía o tenía dudas sobre el mismo.

 

Estuvieron hablando sobre una hora y como ya advirtió Pérez-Reverte, prácticamente todo ya lo había dicho en el tiempo que lleva de promoción de la novela.

 

Y sí, un presente que ha leído todo lo que le ha caído en las manos, puede dar fe que muchas de las cosas que dijo ya están escritas, la mayoría de las cuales se han colgado en el foro de icorso.

 

Pero siempre hay detalles, bien porque han pasado desapercibidos al leer otras conferencias/entrevistas, bien porque oírlas en directo hace que suenen de otra manera (quizás por la fuerza e intensidad con la que transmite) o bien porque realmente no las había dicho antes que hacen merecer ir a sus charlas.

 

Dijo que casi todas las escenas que se describen en el libro las ha vivido personalmente, que el horror no es entrar en una ciudad y ver cuerpos destrozados, que el horror es entrar en una casa, haber visto una familia muerta en el patio, entrar en lo que resta del salón, sentarse en el sofá, mirar al techo y ver el cielo mientras llueve sobre un álbum de fotos con fotos de navidad, con fotos de un abuelo besando a los nietos, pasar las páginas con el pie mientras caen las gotas de lluvia sobre él, mirar la pared con los cuadros torcidos…Que el horror no es ver los restos de los cuerpos de aquéllos que fueron atados para que se los comieran los cocodrilos, que el horror es mientras cenas un filete de carne oír los gritos de desesperación y dolor mientras clavas el tenedor, cortas la carne y escuchas el ruido que hacen los cubiertos sobre ella. Que el horror es más que el calentón que se sufre al ver cuerpos mutilados, que el horror es frío. En esto hizo mención también al cuadro de Goya en el que se ve el duelo a garrotazos y que según su punto de vista lo que más le llama la atención es el paisaje de la derecha cuando se ve el mundo, desolador, solitario y frío. Es como si el mundo mirase al hombre sabiendo que es un simple grano de arena aunque se crea el centro de todo.

 

Hablo sobre lo ciego que vive el mundo hoy, que cómo es posible que la gente se espante cuando hay un tsunami si se construyen hoteles en primera línea de playa donde siempre hubo maremotos, que cómo se sorprende la gente cuando se cae un avión y se matan doscientas personas, que cómo se sorprende la gente cuando ve tirarse a la gente de la torre gemelas mientras ardían y se preparaban para su derrumbamiento. Cómo puede ser que no se respeten las normas y luego no se quiera pagar por ello el precio.

 

También habló sobre, lo que él ha llamado, esos quince metros de libertad. Que vivimos como si nunca fuéramos a morir que si hay algo cierto es que nacemos y morimos, que sólo tenemos un tiempo para consolarnos, para hacer que todo valga la pena. Hay que vivir de manera que valga la pena, el amor, la amistad, los libros, sentir la libertad; de lo efímero que es todo, la certeza de que todo terminará. En esta parte de la charla hizo mención a un fragmento de La Carta Esférica para explicar la certeza de que todo es transitorio, que todo terminará, que todo amor verdadero termina (con la muerte, con la separación, que cada uno lo interprete como quiera) que sólo nos queda el consuelo de la carne, el haberlo tenido, ese recuerdo del calor de haber estado con ella, su olor…Y que reproduzco a continuación.

 

“XV. Los iris del Diablo

 

…Entonces Coy, desde abajo, todavía recostado, la vio ascender desnuda por la escala como si se marchara para siempre. Pese al calor sintió un escalofrío recorrerle la piel, exactamente en aquellos lugares que conservaban su huella; y de pronto pensó: un día será la última vez. Un día me dejará, o moriremos, o envejeceré. Un día desaparecerá de mi vida, o yo de la suya. Un día no tendré más que imágenes para recordar, y después no tendré ni siquiera vida con que recomponer esas imágenes. Un día se borrará todo, y quizás hoy mismo sea la última vez. Por eso la estuvo mirando todo el tiempo ascender por la escala del tambucho hasta que desapareció en cubierta, mientras grababa hasta el último detalle en su memoria. Lo hizo con mucha atención, y lo último que retuvo de aquella imagen fue una gota de semen que se deslizaba lenta por la cara interior de uno de sus muslos, y que al llegar a la rodilla reflejó de pronto la luz ámbar de un rayo de sol. Luego ella desapareció de su campo de visión, y Coy escuchó el rumor de una zambullida en el mar…”

 

Entre tanto en la conferencia hizo algunas bromas como cuando dijo que de tanto hablar de amor y sentimientos parecía Antonio Gala o algo sobre que Borges, que se había quedado en las ideas y que no había llegado a la carne, que si lo escuchara Umbral… Siempre poniéndose límites y hablando de todo el mundo asumiendo sus limitaciones “a los que saben” y que si él un reportero con intuición había llegado a unas conclusiones a las que ya habían llegado antes que él no iba muy desencaminado.

 

Desde luego no podían faltar las citas de Troya, los griegos, los romanos, que todo está ya escrito, que lo que pasa ahora pasó antes y que la única manera de evitar que vuelva a pasar es conocerlo. Puso de ejemplo que un romano (no sé si escritor, ni siquiera me acuerdo del nombre que dijo) ya se quejaba de que los jóvenes romanos se pasaban las noches en las plazas bebiendo y tocando música y claro, cuando vinieron los invasores bárbaros, todos se preguntaban que cómo podía pasar aquello, con esos bárbaros, tan incultos y poco refinados ellos.

 

En fin, que estuvo muy interesante y que siempre vale la pena acercarse a escucharlo.

 

Para terminar como siempre, firma de libros, fotos y saludos y recuerdos para sus paisanos conocidos, siempre con una atenta y correcta amabilidad.

 

 

 

P.D.: lo escrito está basado en las palabras de Pérez-Reverte, mis impresiones y la influencia de sus otros libros y las entrevistas escuchadas hasta el día de hoy sin poder distinguir el porcentaje que hay de una cosa u otra en el presente.