“Mi última novela plantea una lucha contra la estupidez”

 

Martes, 04 de abril de 2006

 

El escritor cartagenero presentó ayer en Murcia y Cartagena ‘El pintor de batallas’, todo un éxito de ventas

 

Por : Mariano Perez Rodenas Murcia

El escritor Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) protagonizó ayer en la Región sendos actos de presentación de su novela ‘El pintor de batallas’. Por la mañana se reunió con los medios de comunicación en una conferencia de prensa en la que mostró su faceta más sincera y descarnada.

 

La última novela de Pérez-Reverte, que en tan sólo un mes en los expositores ya ha vendido 20.000 ejemplares, relata las vicisitudes de Andrés Faulques, un antiguo reportero de guerra que ha recorrido medio mundo de conflicto en conflicto, y que ahora busca refugio en una torre costera, antiguo refugio de piratas, en cuyo interior pinta un gigantesco fresco en el que refleja los horrores de las guerras.

 

Allí recibe la visita de un protagonista de su pasado más olvidable, el soldado croata que quiere matarle para vengar una turbia deuda del pasado. Entre ambos personajes se interpondrá la figura de la fotógrafa Olvido Ferrara.

 

Pérez-Reverte mantuvo un tono escéptico y decepcionado con la condición humana a lo largo de su conferencia de prensa. “Esto no es una presentación propiamente dicha, sino el fin de una campaña de ‘bombero-torero’ para promocionar la novela.Quería pasar por aquí antes de terminar y venir a veros”, reveló.

“Estoy muy satisfecho de cómo se está vendiendo el libro, que es más complejo que los anteriores”, comentó. El escritor cartagenero confesó que la idea de la novela le rondaba por la cabeza desde hacía años. En cuanto a qué tiene este libro de experiencia personal comparado con ‘Territorio Comanche’, aseguró que “este libro es una historia ficticia, falsa de principio a fin, hecha de recuerdos personales. Hasta lo que es verdad en esta novela, es al final ficción”.

 

Intento ambicioso

Para Pérez-Reverte, su último libro “es un intento ambicioso y complejo de explicar el mundo, y los lectores son los que dirán si he tenido éxito”. “Las pesadillas que tengo en el coco y te inquietan, que te tiran de los pies, se convierten en fantasmas, una compañía más tolerable, en el sentido virgiliano u homérico del término, ya que los fantasmas son como viejos amigos”.

“No es una novela pesimista, sino un consuelo”, subrayó. “Lo que no se puede esperar es que, con la biografía que tengo a mis espaldas y mi manera de ver las cosas es pensar que Paulo Coelho va a salvar el mundo”, afirma.

“El mundo es una trampa peligrosa, y la gente está cada vez menos preparada para vivir en él, por eso, en esta novela, hablo de esos mecanismos de compensación que hacen que merezca la pena vivir: el amor la amistad y la cultura, que es la única solución a los males del mundo”, desveló.

“Esta novela es un alegato contra la estupidez”, avanza Pérez-Reverte, para quién es sorprendete que mucha gente no entienda cómo funciona el mundo. “Ya no hay nadie inocente, ni siquiera nosotros. Si lees, si piensas, si reflexionas”, entonces cabe la esperanza.

“Con el tiempo descubres que ya no hay buenos ni malos y todo es relativo, porque el ser humano es un hijo de puta, esa es la certeza absoluta. Negar eso es el principio del engaño”, sentencia, mientras anuncia con alegría que prepara una nueva aventura de su querido capitán Alatriste, “una especie de vacación para mí”.

 

El autor presentó la novela en su Cartagena natal

 

Ante un público entregado, un puntual Arturo Pérez-Reverte presentó al público de su ciudad natal su última obra, por medio de una conversación con el catedrático de Gramática de la Universidad de Murcia José Perona en el Aula de Cultura de Cajamurcia. El escritor, que encandiló a los presentes con sus anécdotas, declaró que “la pintura es la única imagen que vale la pena porque vivimos en el mundo de la manipulación de la imagen, que hace que el receptor no sepa a lo que se enfrenta”. Se refirió a los viejos pintores como “aquellos que más cerca estaban de la realidad”. En cuanto a la novela, aseguró que “alude mucho a la esperanza porque vivimos en un mundo que es un territorio hostil lleno de trampas sin salida. Hay que buscar cómo arreglar esas situaciones complicadas, para no ser un rehén del cosmos en el que vivimos”. Por ello califica ‘El pintor de batallas’ como un libro “lleno de soluciones”. Para él, una novela “es un ejercicio de documentación”, por lo que elige temas que son de su predilección. “Mi obra es un poco cabronceta, porque juega sucio con el lector al utilizar frases sobre las que no da ningún tipo de expicación”. Por su parte, José Perona, calificó el libro como “una novela griega en un mundo posmoderno”.