Arturo
Pérez-Reverte: “No quiero imaginar las guerras que cuadrarán en este siglo”. |
Lunes, 27 de febrero de 2006
El fin de un periodo que eclipsa para siempre lo que se conoce como Occidente. "El pintor de batallas", último trabajo del Académico de la Lengua, reflexiona sobre el mundo que marcha desde Troya hasta las Torres Gemelas
Iván Estarás
En una torre, junto al mar Mediterráneo, en busca de la foto que nunca pudo hacer, un antiguo fotógrafo pinta un gran fresco circular en la pared: el paisaje intemporal de una batalla. Lo acompaña en la tarea un rostro que regresa del pasado para cobrar una deuda mortal y la sombra de una mujer desaparecida diez años atrás.En torno a estos tres personajes, el novelista Arturo Pérez-Reverte teje la trama de la que es su nueva y esperadísima novela, titulado El pintor de batallas. Un trabajo de enorme sutileza formal que arrastra al lector a través de la compleja geometría del caos del siglo XXI. A través de sus páginas, se realiza una reflexión del arte, la ciencia, la guerra, el amor, la lucidez y la soledad combinado en el vasto mural de un mundo que agoniza.
Que el creador de la saga de El capitán Alatriste es uno de los autores más prolíficos, exigentes y seguidos de nuestra literatura contemporánea es algo fuera de dudas. De hecho a finales de este año si nada se tuerce sorprenderá a sus lectores con la sexta entrega de la saga y en septiembre se estrenará la adaptación cinematográfica que ha dirigido Agustín Díaz-Yanes sobre el popular personaje de aventuras. No está mal para cartaginés, vecino de Madrid, que cada día anhela más el mar y pasar las horas en un barco al vaivén de sus reflexiones y vivencias.
-¿Por qué el mar Mediterráneo como fondo de ese lienzo?
-Es pura ambición de abarcar un ambito cultural e histórico que marcha desde Troya hasta las Torres Gemelas. El Mediterráneo es el mar más viejo que conozco. A través suya vinieron la filosofía, el aceite de oliva, el vino tinto, las legiones romanas y nuestro concepto de los dioses griegos, judíos o musulmanes.
-Dicen por ahí que este es su relato más turbador.
-Supongo que se refieren a que es muy duro, con puntos de vista no siempre tranquilizadores y estructura muy diferente a otras novelas. Al fin y al cabo cada una es un mundo aparte. Aquí partí primero de un punto de vista sobre el mundo, la vida y la muerte para plantear personajes, lenguaje y estructura.
-¿Qué importancia alcanza la pintura en este libro?
-La fotografía y la pintura son las verdaderas protagonistas. Y junto a ellas, la geometría y ciertas teorías del caos. La pintura es importante para mí desde niño. Siempre deseé viajar al fondo de algunos cuadros que me fascinaban. Además algunas de las fotografías que realicé al principio de mi vida profesional y en mis viajes se han incorporado a la novela [Arturo Pérez-Reverte fue reportero durante 21 años y corresponsal de guerra en conflictos como el de Bosnia].
-¿Es una novela consecuencia de su experiencia en narrar conflictos?
-Mi experiencia en esta materia no tiene aquí otra función que usar el punto de mi vista que todo aquello me dio sobre la condición humana, el horror, el caos, la soledad y la muerte.
-De aquellos cuadros bélicos a este periodismo de guerra, la situación ha variado.
-Desde luego. Delante de una pintura se puede reflexionar durante años. Frente al televisor, la imagen dura cinco segundos y se degusta entre la ensalada y el arroz para olvidar todo después al zapear a Gran Hermano.
-Hace poco aseveró que cada siglo tiene las guerras que le cuadran.
-Así es. Y no quiero imaginar las que cuadrarán en el siglo XXI. Supongo que tenemos las guerras que nos merecemos.
-Hay quien niega que estemos en plena guerra.
-Hay mucho bobo empeñado en ello. Estamos en guerra, aunque más bien habría que decir que estamos ante el final de lo que conocemos como Occidente. Lo peor de todo es que no pertenecemos al bando de los que van a ganar, sino al de los tontos que recibirán todas las bofetadas en el mismo sitio.
-¿Es tan frenético el siglo XXI?
-El protagonista de mi novela se teme que las épocas más brillantes y esperanzadoras de la Humanidad las hemos dejado atrás. Pero sólo es una opinión. Una novela.
-¿Las novelas son como las mujeres?
-Sí, siempre te eligen ellas. Lo he dicho alguna vez. Viajas con un mundo personal y de repente una historia te mira a los ojos y si es bastante seductora parte de ese mundo que llevas en la mochila te da palmaditas en la espalda y se suma a la faena.