“La
nueva entrega de Alatriste se situa
en la corrupta Venecia del XVII” |
«El puente de los asesinos», el séptimo
capítulo de las aventuras del famoso capitán, saldrá a la venta el próximo 27
de octubre
EFE / MADRID
Día 08/09/2011 - 17.54h
Venecia fue uno
de los principales enemigos del imperio español en el siglo XVII, y en esa
ciudad que, según Quevedo, era una "puta del mar, desvergonzada e
hipócrita", sitúa Arturo Pérez-Reverte la nueva novela de Alatriste.
Tras 30 años de
combates, el capitán "sabe que España está herida de muerte". "Alatriste sabe que nada de lo que haga va a cambiar la
suerte de su país, sometido a reyes corruptos y a curas fanáticos, y siente la
desolación del español lúcido", afirma Pérez-Reverte en una entrevista en
la que adelanta las claves de "El puente de los asesinos", la séptima
entrega de las aventuras del famoso capitán que Alfaguara publicará el próximo
27 de octubre.
Convencido de
que
En esta nueva
entrega, situada en las Navidades de 1627, Alatriste
se verá envuelto en una misión audaz como pocas: matar al dogo de Venecia en
plena misa de Nochebuena, en la basílica de San Marcos. El capitán llevaba ya
treinta años de asedios y combates y, como dice el autor en la novela, "su
instinto de soldado viejo, hecho a zozobras, reveses y malos tragos, sugería
vislumbres funestos de aquella empresa ambiciosa" cuyos entresijos le
explica personalmente su amigo Francisco Quevedo.
El gran poeta
del Siglo de Oro conocía a fondo la política italiana y tenía una opinión
pésima sobre Venecia, como dejó reflejado en sus escritos. A pesar de sus
recelos, Alatriste, más taciturno y desconfiado que
nunca, está dispuesto a cumplir la misión. Para ello contará, entre otros, con
el joven Íñigo Balboa y con "un extraño
compañero de cama": el sicario siciliano Gualterio
Malatesta, "mortal e íntimo enemigo" del
capitán.
"Para mí
era muy interesante enfrentar a dos viejos enemigos unidos por la misma
causa", comenta el autor, a quien también le seducía "el
sacrilegio" que supone "matar al dux de
Venecia en plena Nochebuena". "Era una conspiración en la cual
cualquier español aventurero de la época hubiera querido participar",
añade.
Su imagen de
Venecia
Pérez-Reverte ha
ido con frecuencia a Venecia a pasar
"Es gente
sin más religión que su interés", decía Quevedo de los políticos
venecianos. "Ahora estamos rodeados de venecianos por todas partes, en el
peor sentido de la palabra", asegura entre risas Pérez-Reverte al
establecer uno de los paralelismos que tiene la novela con la situación
política española actual.
«Hagan lo que
hagan los políticos españoles, no pasa nada»"Los políticos españoles
actúan como actúan porque nos han tomado la medida, nos conocen. Hagan lo que
hagan, no pasa absolutamente nada. Se van de rositas, y eso no sucede solo
ahora, con Zapatero. Pasó con Aznar, Felipe González,
Franco, Azaña... Con todo el mundo".
El autor de
novelas como "La reina del sur", "El pintor de batallas" o
"El asedio" quería reflejar en la nueva entrega de Alatriste "esa sensación de soledad de los españoles
fuera de España, que vale también para ahora, para cualquier español que haya
emigrado y que esté buscándose la vida en Oslo, México, Filipinas o
Alemania".
"La
pregunta que uno se hace es: gente capaz de irse a Flandes, a América, o de
irse a Alemania a ganarse la vida; gente maltratada, sin apoyo ninguno, a menudo
abandonada a su suerte, ¿de qué sería capaz si tuviera el respaldo de un país
decente, de un gobierno decente, de políticos que los apoyaran y potenciaran?
En la época actual -señala el novelista- la gente culta, lúcida, termina harta
de la falta de vergüenza de los estamentos que deberían tenerla y se aísla, se
encierra en su biblioteca a leer".
Si se retiran
los sabios, "la calle quedará a merced de las 'belenes esteban'
de turno y de las marujas que la jalean",
concluye.