“Pérez-Reverte
presenta hoy en Cádiz su última novela 'Un día de colera'” |
Miércoles, 19 de diciembre de 2007
El escritor y periodista Arturo Pérez-Reverte presentará hoy en Cádiz su última novela Un día de cólera, editada por Alfaguara. El acto se celebrará a las ocho de la tarde en el Palacio de Congresos de la capital gaditana y contará con la participación del también periodista Óscar Lobato que introducirá al autor y dialogará con él sobre la obra.
19.12.07 - LA VOZ
Un día de colera retrata las veinte horas de tensión y odio que cambiaron la Historia de España. Las transcurridas entre las ocho de la mañana del 2 de mayo de 1808, cuando unos centenares de personas -artesanos, chisperos, albañiles, rateros, manolas, prostitutas, carniceras- intentaron linchar al edecán del general Murat, que estaba al mando de las tropas francesas, y las cuatro de la madrugada del día siguiente, momento de los fusilamientos en la montaña de Príncipe Pío, elevados a icono universal por Goya.
El autor de la serie de El capitán Alatriste recupera en esta última novela las veinte horas de insurrección de unos miles de hombres y mujeres sin apenas armas ni formación, que se enfrentaron al mejor ejército del mundo y sufrieron después una terrible represión. Veinte horas «más de cabreo que de defensa de la patria», como las define Arturo Pérez-Reverte.
Testigos en la calle
Según ha declarado el escritor, con este libro ha pretendido que los lectores recorran las calles de Madrid y asistan a las refriegas de ese día. «Yo crecí creyendo que el Dos de Mayo fue un movimiento patriótico en el que los militares guiaron al pueblo. Pero no fue así», ha asegurado Pérez-Reverte, que ha revisado centenares de libros y documentos para escribir su novela. «Ni siquiera fue el pueblo español quien se levantó. Fue una insurrección local, de las clases populares. Y luego hay algunos militares, mandos intermedios, que se ven arrastrados por esa insurrección».
Lo que empieza como un motín callejero, en la actual plaza de Oriente, crece a medida que Murat ordena que sus batallones avancen hacia el centro de Madrid desde las avenidas que llevan a la puerta del Sol. «De siempre, el español ha tenido facilidad para sumarse al motín», explica el autor. Niños, jóvenes, gente madura y octogenarios, sin más armas que tijeras, martillos, o hachas y navajas se lanzan contra miles de soldados que venían de aplastar al enemigo en los campos de batalla de toda Europa.