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“Pérez-Reverte presenta en |
Martes, 30 de Noviembre de 2010
Lo
acompaña Élmer Mendoza, a quien declara 'Patriarca de
las letras norteñas'
Nelly
Sánchez/Enviada
GUADALAJARA._ Para Arturo Pérez-Reverte la mujer es el único "héroe literario" de este siglo, pues del hombre se ha escrito todo, está agotado, lo han explotado hasta la exhaustividad.
Y a diferencia de protagonistas como Ana Karenina o Madame Bovary, las de hoy se enfrentan a desafíos insospechados, por eso son sus personajes favoritos.
"Las mujeres se abren caminos en territorio hostil, me doy cuenta cada vez que el personaje que más me interesa es ese, puede dar sorpresas, es el único héroe posible que puede sorprender. Esa mujer que pelea en un mundo de hombres con reglas puestas por los hombres", dijo.
"Yo tengo una hija de 27 años y supongo que ella me ha ayudado en ver el mundo como las mujeres lo verían. Ellas son un héroe interesante, trágico, es dura cuando tiene que matar, física o figuradamente, es un personaje apasionante y ya me es imposible escribir novelas en la que la mujer no tenga referencia fundamental".
Durante la
presentación de su más reciente libro, El asedio, en
Al estilo del sinaloense, la presentación estuvo llena de anécdotas, preguntas, los escritores compartieron con los lectores sus técnicas de trabajo.
Mendoza contó que se trata de un libro de 725 páginas, pero que les va a gustar y es un trabajo que hay que celebrar.
La idea, respondió Pérez-Reverte, era hacer una novela compleja, histórica, folletinezca, policiaca, romántica, sobre una protagonista, Lolita Palma, que es una mujer atrapada en un cambio de época social, así como en su rol de mujer.
Al final de la presentación de su libro, Pérez-Reverte hizo un reconocimiento público a la literatura de Élmer Mendoza.
"Élmer ha conseguido crear su territorio propio, su lenguaje han pasado esa frontera y es un escritor cuajado de sí mismo", dijo.
El escritor español
recordó el momento en que llegó a Culiacán para escribir
"Hay un
atrevimiento barroco que en España somos incapaces, somos más cobardes a la
hora de retorcer la lengua como hacemos en México, cuando le hablé a Élmer, leí su primera novela, y ahora ha conseguido fijar
un lenguaje, una oralidad que estaba en la calle, y todo lo que