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“Pérez-Reverte en Murcia: “Siempre hay
hombres buenos” |
Jueves,
21 de mayo de 2015
Carmen
García | 21 may 2015 - 22:38:59
Hombres Buenos, la última obra de Arturo Pérez-Reverte, ha llegado a Murcia de la mano de su autor, que la ha presentado a los lectores la pasada tarde del 19 de mayo. Después de visitar Madrid, Sevilla, Bilbao y otras ciudades, el cartagenero termina su gira en la tierra, donde tenía planeado “rendir cuentas” y hacer balance de la tournée ya completada. Y es que, como señala Pérez-Reverte, una novela no termina cuando se escribe; hay que “pastorearla”, acompañarla un poco para que la gente pueda conocerla, como sucedería a las 20:00 horas en el Aula de Cultura de Cajamurcia, donde tendría lugar el acto de presentación.
La novela, publicada el pasado mes de marzo, lleva al lector a finales del siglo XVIII, donde el bibliotecario Hermógenes Molina y el almirante Pedro Zárate -dos miembros de la RAE- reciben la misión de hacerse con l’Encyclopédie de D’Alambert y Diderot en el París pre revolucionario. De camino, los dos personajes conversarán sobre ciencia, razón y fe; y descubrirán, entre intrigas y peligros, que es posible conciliar las dos visiones opuestas que representan: la del bibliotecario, hombre de fe; y la del almirante, escéptico y cartesiano. En el transcurso de la historia, aparecerán los ya revertianos duelos a espada, elemento aventurero y de trama que también es símbolo de lo humano; o ese perfil de “malo ambiguo y con reglas” por el que se inclina Pérez-Reverte y que, por sus muchos matices, da más juego narrativo que un “malo” convencional.
El autor resume que la novela, con esa historia de amistad que encierra, es un recordatorio de que “siempre hay argumentos para combatir el fanatismo, la estupidez y la ignorancia”; argumentos ya presentes en el Siglo de las Luces y que demuestran cómo la cultura y la buena voluntad son “la única salvación, el único analgésico” para los grandes males del mundo de ayer y de hoy.
También hay hombres buenos en nuestros días. El autor tiene claro que “siempre hay hombres buenos”, el problema está en que “no se les oye” -sobre todo en la época actual: el siglo “del ruido” donde “lo que dice Vargas Llosa se mezcla con lo que dice el analfabeto de turno”. Así sucede en Internet, donde el receptor no siempre cuenta con la formación necesaria para percibir la diferencia-.
Este nuevo siglo, además, está dejando los libros atrás. “Si ahora fuera un joven novelista, haría videojuegos o series de televisión”, afirma. Es ahí donde están “los mecanismos de narración que mejor funcionan con el público moderno” porque, más impactantes y directos, entran por los ojos sin necesidad de “sentarse en el metro a leer”. Pérez-Reverte, sin embargo, se siente más identificado con esta última acción. Para él, los libros son “una compañía”. A veces, ni los lee; solo los toca, los ojea, se fija en algún subrayado de hace años. “Ese es mi mundo y lo disfruto, pero sé que no es el futuro, y lo tengo asumido así”.
El mundo de la cultura “es muy caduco”, recalca; y lo es más en lo referido a la pervivencia literaria, que si “ya era problemática, ahora lo es más todavía”. Ha visto “quemarse muchas bibliotecas”, y da por hecho que, en unos años, sus libros responderán a un público muy concreto, casi coleccionista. Además, se muestra convencido de que él no estará en los estantes de las librerías “como no estarán los otros”.
Ante la posibilidad de alguna propuesta para pasar las páginas del nuevo libro a la gran pantalla el autor reconoce que, por lo que suelen decirle, resulta fácil llevar al cine sus novelas por lo visual de su estética, resultado de la convicción de que “el lector no debe ser un testigo, sino un protagonista”. Aunque queda a la espera de la primera temporada de La Reina del Sur (convertida en serie por la Fox), el escritor se permite, después de varias adaptaciones de obras anteriores, ser escéptico.